Construir en madera es el futuro al ser un material de origen biológico. Los materiales que definen nuestra casa importan y su importancia también se mide en el proceso que se necesita para conseguirlos. Desde su obtención, manufacturación y envío para su uso en destino. Todo este proceso genera un impacto ambiental produciendo C02 y residuos que el planeta no consigue digerir.
El futuro se construye con materiales de origen biológico. Materiales capaces de regenerarse con el funcionamiento natural del planeta. La naturaleza es una máquina perfecta que trabaja sin horario. Es creadora continua de materia, nosotros debemos gestionarla de manera sostenible para sacar rendimiento de ella.
La fabricación de aluminio, acero, plástico y hormigón representan el 25% de las emisiones mundiales de C02 . Minimizar su uso a lo meramente imprescindible ya no es una opción, es una necesidad urgente. Por ello la madera y otros materiales de origen biológico (algodón, paja , bambú, lana, celulosa o cañas) deben ir sustituyendo en la medida de lo posible a otros de origen no renovable (cemento, acero, vidrio, cerámica o plástico) para reducir de esta manera la huella de carbono de nuestros edificios.
La masa forestal va absorbiendo todo el CO2 que provocamos convirtiéndolo en materia, es decir, actúa como un sumidero de CO2. Una vez que introducimos la madera en el proyecto, estamos fijando en el edificio todo el CO2 que ha absorbido durante toda su vida el árbol y por lo tanto estamos evitando que ese CO2 vuelva a la atmósfera.
El árbol no es diferente a cualquier monocultivo agrícola que se desarrolla para alimentarnos. No es extraño ver miles de árboles frutales u olivos que se utilizan de manera productiva y no lo identificamos como bosque, sino como plantación. Los bosques deben preservarse para la biodiversidad de nuestro planeta, pero los árboles deben ser utilizados como materia prima para satisfacer el consumo responsable de las generaciones venideras.
Cuando utilizamos madera en nuestros proyectos nos aseguramos que esta venga certificada con las siglas PEFC. Dichas siglas garantizan que las maderas sean obtenidas mediante gestión forestal sostenible, respetando los plazos de regeneración del bosque.
Los residuos derivados del hormigón son difícilmente reciclables. Precisan de altos gastos energéticos para su reutilización así que suelen acabar acumulándose en vertederos. La construcción industrializada en madera permite una separación limpia de los materiales siendo fácil el reciclaje de los mismos. El edificio se desmonta, no se demuele y ese desmontaje nos permite ir separando los materiales con facilidad en obra favoreciendo de ese modo la economía circular.
Equipo Jenga Studio